Es así como una pequeña zona denominada para entonces como “El Rincón” comienza a poblarse de preciosas construcciones para las estadías esporádicas y a veces permanentes de los pobladores.
Quintas como la de la señora Dionisia Bello, La Villa Paz del valle, entre otras casas de gran valor arquitectónico, daban la vida a ese popular sector.
De esta manera el Dr. Ángel Morales, quién años antes fuese candidato para la presidencia del Estado Miranda decide comprar los terrenos de una pequeña casa de bahareque por el precio de 5.000bs a mediados de 1912. Una vez adquiridos estos terrenos inicia el proceso de construcción de “Villa Amelia”, una casa de ensueño que en menos de un año fue completada su construcción, pues para 1913 estaba realizada en su totalidad la obra.
Sin embargo su estadía no es para siempre, pues años más tarde, para 1917 decide vender la casa a un general Yaracuyano, Antonio Pimentel por la suma de 110.000bs.
Es aquí donde inicia la llamativa historia de la casa. Pimentel, renombra la quinta en honor a su esposa, Teolinda, apodándola entonces como “Villa Teola”
Teolinda, era una prodigiosa mujer, que habiendo realizado sus estudios en Europa, aprendió a tocar el piano. Y pues su casa paso a ser un centro de reuniones donde ella armonizaba las lindas tardes de neblina con melodiosos recitales ejecutados en su piano.
Villa teola fue sitio de reunión de personajes importantes de la época.
Dónde hasta el presidente Juan Vicente Gómez llegó a visitar.
Por espacio de 21 años fue hogar de temporada para Antonio Pimentel y Teolinda de Pimentel. Pues sólo venían en las vacaciones a temperar en este bucólico paraje como lo es Los Teques. Para 1938 fallece Antonio Pimentel, y cae la dictadura del entonces presidente Gómez.
Al ser conocida la primicia de su fallecimiento, turbas de enardecidos pobladores proceden a allanar, vandalizar y saquear las “Gomeras” como se le conocían para entonces a las propiedades que de alguna u otra manera estuviesen ligadas a la dictadura. Se desconoce si Villa Teola fue víctima de saqueos en esta época.
Pero de lo que si es cierto es que años después, los herederos de la quinta ceden al estado parte de los terrenos para el ensanche de la calle Vargas, Vía que sube hacía la barriada de La Estrella. A cambio de que se le concedieran los derechos para la construcción de edificios en los terrenos de la casa. Procediendo a demoler la quinta.
Sin embargo el trato no es cumplido en su totalidad y en 1982 la cámara municipal declara los terrenos como un bien de interés natural, histórico y cultural para la nación.
Fuente consultada: Los Teques, Testimonios para su historia tomo I, Los Teques Crónicas de Andar y ver. Idelfonso Leal
Redacción e investigación: Aarón Castro, estudiante de Historia
Instagram: @aaroncast07
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